
Solo yo sabía leer
la risa de mi padre.
Nadie sabe leer mi risa.
Solo yo sabía leer
la risa de mi padre.
Nadie sabe leer mi risa.
Leviatanes comen ponzoña sin atragantarse,
ignoran que sus disparos rebotan en tu cabeza
liberando barrotes de la ventana roja.
Sabes que te atribuyen amantes que no tienes
poderes que desconoces
y jardines que nunca has pisado.
También te atribuyen la fortaleza de la roca
la frialdad de los glaciares
la indiferencia de la nube.
Eso dicen.
«Ella puede con todo, podrá con todo»
Eso dicen.
Lo sabes porque sientes sobre tu espalda
sus manos como tijeras que cortan la respiración.
Sus lengua enroscada en su propio vacio
amasa una lumbre envenenada
que seguro esparcirá pétalos grises contorsionados por el dolor.
Esqueletos de pájaros con nidos de ceniza
inútiles para alzar otro vuelos que no sea la idiota realidad.
Seguirán con sus camas de hojalata, sus vasos mellados, sus estantes sin historias
su pobre mirar limitado.
Sus ojos de barro.
Su boca sin sueños.
Su olfato de lobo depredador les dice que
hueles a desorden, a pregunta sin respuesta, a ecuación sin reglas fijas.
Nunca sabrán que puedes colocar cada cosa en su lugar.
Cada palabra como dardo de excesiva cordura
y que tu sitio está en un espacio lejos del suelo
con vistas más allá de todos los cielos.
***Recordando este post del mes de agosto del 2020.
Desaprovecho las hojas, las cuadrículas cuadriculadas. Desaprovecho el día y me pongo a pensar primaveras, ahora que ya todas quedan lejos . Nada de lo que llegue llamaré primavera
…y este invierno que se acerca más desnudo, más callado que nunca. Taladro silencioso que ahonda en el hueco que no se ve.
Invierno,
muéstrame la flor blanca andando por los senderos de grava gris.
Caminos de cañada con fantasmas perdidos por los carrizales secos.
No sé por qué nadie oye ese murmullo. Esa letanía monótona como la lluvia de un desierto.
Párate,
pon tu oído de pluma y escucharás la oración de los que nunca duermen.
No habrá primaveras.
************
Mi ordenador va a lo suyo. Escribe y hace lo que le parece bien. » ha pensar» que con esa «h» tozuda como una mula es mucho más que pensar…No es pensar. Es otra cosa. Por más que la he corregido, a la chita callando ahí seguía como diciendo: «P’a chula yo». «H» tenías que ser.
Carlos Sanz del Amo. Ha pasado algún tiempo, pero tus gestos surgen, tus excesos se recuerdan, tu bigote serpentea. Te sientas a nuestra mesa. Eres el rey. Intervienes, nos reímos como locos…
Ahora que, como los elegidos, vuelas sin límites. ¡Va por ti!
***************
Vivir era una fiesta ,
la vida estaba para comérsela a dentelladas
Intenso.
Si la urgencia permitía la calma
cenar un bocadillo a los dos o las tres de la madrugada
era la celebración de una misa.
Mantel de plata sobre el altar.
Cáliz que desborda la
escena.
Parafernalia del rito.
Así todo.
Su perro Nemo y él llenando la Gran Vía.
¡Cuidado!.
Que muerdo.
Que muerdo y abrazo.
Que la vida no me llega.
Más vida.
Zancadas de fuerza, alegría de existir.
Nemo y él. Iguales.
El paseo se ensancha,
los álamos reverdecen.
el cielo detiene las horas.
Vida.
Una furgoneta para
recorrer el mundo.
Desafiar los picos más altos.
Bailar hasta el amanecer.
Reír hasta romper el ruido.
A los 50 , cuando la fiesta
languice,
cuando se opaca el brillo de las cosas
cuando la cruel realidad se inclina
y nos da un beso helado
se fue.
Se fue dándole la mano al agua.
Su barca
junto con su sombrero
llegaron solos a la orilla
y nos dijo adiós.
Nos dijo adiós brindando.
Brindando por la magia
que destaca por encima
de la confusión de la vida.
De qué escribiré mañana
¿De la lagartija
que busca la luz
en la pared encalada?
¿De balcones habladores
con arañas de encajes
y celosías?
—– – Quiero ser latido del mar.
Alpargata
de esparto,
llévame a oír el canto
del colirrojo.
—– – Ondularme de infinito
abrir las puertas
derrumbar los muros
bajar al sótano
de las mariquitas de luz
de las luciérnagas
ciegas
que oyen el eco
de la campana
que solo tañe
al viento Sur.
El sur que queda allá
tan lejos.
El sur templado.
El sur de la copla
el de la bulería
la soleá y el fandango.
El sur del Cristo
de los gitanos,
caracolas encendidas
antorchas
caladas de alfileres
de mantones
de peinetas
y mantillas.
Gitanos de pies descalzos
dientes de plata
y la sangre ardida.
Sur que surge del
hondo
de la marisma.
*********
Susceptible de ser revisado y retocado cincuenta mil veces.
El «poema» me dice que lo deje en paz, ¡qué ya vale!. Que lo tire a la basura, que lo cuelgue de una percha o que lo saque a la ventana. Que se niega a seguir siendo borrador.
Pues nada, paz y tranquilidad quiero. Aquí te cuelgo.
«Algunxs como yo andamos presxs de la fantasía de la ilusión de las palabras… gozamos con su despotismo quienes no queremos pertenecer a otras tiranías».
**************
Acabo de encontrar este pequeño texto destacado entre mis notas. A veces doy con apuntes que dudo si los he escrito yo o pertenecen a otra persona, es lo que tiene andar «de la mano del aire«. Este es uno de ellos. Pero como me identifico totalmente con él, ahí queda.
1.2- Porque es febrero, las margaritas tienen sus dudas.
2.3-Hasta llegar a ti, leo : Camino calmado. El sueño. Guardo el beso de tu boca. Anillo verde. Abraza el caos. Vuélveme Lo(R)ca. Todas las palabras, todas las voces. La mezcla de culturas enriquece el mundo. Ya es primavera. Las Fuentes. La traición.
4.1-Ayer el puente tenía los ojos semi-cerrados. No quería ver.
1.2-No despertéis a las lilas que están recorriendo la tierra.
2.3-Atrapé una manzana que dejaron en el aire. Y también una hojalata con voz de calco.
3.1-Una tarde de noviembre Elisa invento todos tus nombres.
3.4-Yo te llamaré Ebro
4.1-Siempre me gustas: cuando dejas oír las piedras y cuando tensas el arco donde duermes.
1.2-No tengo lágrimas, me dijo el sauce aquella mañana tan arrugada.
2.3-Olvida la prisa. La luna no cortará tu paso, pues entre el día y la noche no hay pared.
3.4- Hay un tiempo en que los árboles huelen como cuando estamos dormidos.
4.1-Él recuerda sus escritos, sueña con sed de espacio y a veces desearía ser mar.
1.2-Hay inviernos que atraviesan las primaveras.
2.3-Todos andan raro. Todos soportan un dolor
3.4-Este río tiene islas. Como yo.
4.1-También tiene leyendas de flores, vírgenes y pozos de misterios.
Inspirado en una de las estructuras de Anne Carsonn.
Si ya vengo con
las palabras al sesgo,
las puertas hilvanadas,
soldadas con un soplete
de acero frío.
Todo ha quedado oscuro
caprichosamente hermético.
Un cincel necesito.
Un diluvio de espuma.
Una traca de lirios,
para inundar un bosque
que desliza este pantano
anegado de espesura.
Una cáscara de nuez que de cobijo
al miedo.
Una hoja en blanco que cuente lo
que nunca dije.
Que me traigan un vacío agrietado
y una esquina sin porvenir
para espantar la ruina que dejaste
donde el mar no llega.
**********
La fotografía que ilustra este post está incluida en la reciente exposición, «Corazones destrazados», del fotógrafo Juan Moro y del pintor Sergio Abrain.
Miro mi planta todas las mañanas, casi nunca está derecha. No tiene una base fuerte y va de lado a lado del macetero según la fuerza del cierzo. No le hablo, entre ella y yo sobran las palabras. Alguna mañana, si me levanto piadosa, le pongo unas gotas de agua para que respire mejor. Ha resistido el invierno: el frío, la indiferencia, los días sordos, las lunas, el acoso de las palomas , noches con y sin estrellas y ese vacío plano como la tabla de planchar. También ha perdido algunas hojas. La vida de mi planta se parece a la mía.
Sólo que yo a veces voy al mercado y compro manzanas.
No ilustro el post con su imagen porque hoy no es su mejor día. Y para colmo en el mercado tampoco había manzanas.
Lía, líame a tu locura
Ata la cuerda leve al viento que me recorre
Luz alumbra el sueño de los insomnes
Incesante el viaje lisonjero de las nubes
Búsqueda infinita de nuestras alas
En esta desventurada tierra
Revuela mariposa eligiendo el polen más colorido
Traza con tu vuelo la curva de su boca
Abre todas las voces de la selva
Después sabrás que aun puedes equivocarte.
Poema colectivo.
La madre de Sacha y Julia falleció hace unos años. Julia fue acogida en adopción.
Desde el fallecimiento de su madre, Sacha vive con Mar en Zaragoza (España), y quiere encontrar a su hermana Julia que ahora tiene 16 años. Vivía en Ucrania.
No sé si esto será eficaz. De cualquier forma agradeceré que difundáis este mensaje y si hay alguna pista me la hacéis saber por este medio.
Gracias.
A veces
escribo por
escribir
Y que no se olviden
de mí
las palabras
Que no sean paisaje estéril
del desierto
Que no sean perros de plomo
dormidos en el viento.
****Intento dibujar una sonrisa encima de la triteza.
Deja el realismo
atrás
Hasta la sal y la pimienta
del epigrama
La senda endecasílaba
Los lagos polímeros
La síntesis que propone
una sutura
entre
el daño y la caricia
Los paraísos digitales
El aguijón del deseo
Deja lo que habrá
de venir
Dejémoslo todo
como un borrador de lluvia
diluido
en la intemperie de la existencia.
Pues nada, que Santontín con su quincallería y sus palabras sin lustre de puro manoseadas, decidió descansar hasta el próximo año… entretanto, aprovecho para compartir con todo aquél que se asome a este blog una joya que abriga más que un visón y reluce más que un diamante.
Cuando me haya muerto, mi dulce amor
no cantes en mi honor canciones tristes
ni plantes rosas sobre mi cabeza
ni cipreses sombríos
que crezca en torno a mí la hierba
húmeda de lluvia y de rocío
y si quieres, recuerda
y si quieres, olvida.
Celso Castro
¡¡¡¡Ayyy!!!. Que me escondo bajo tierra por decir lo que digo, no sé de dónde me sale semejante sarta de memeces. Más de uno pensará que soy tonta, pero tonta de baba; y con razón. Que a veces se me va la olla y arriesgo mi autoestima, mi confianza, mi cordura y todo lo que de ninguna manera se debiera arriesgar.
Voy a tratar de arreglarlo y aclarar las cosas para que a nadie se le ocurra poner en duda mi lucidez: Esa introducción de diamantes y visones, no ha sido más que debilidad descontrolada. Un momento de enajenación mental. El duendecillo burlón que ha sacado a pasear su «gracieta». Nada más. No obstante quiero apuntar para que nadie se equivoque o se atreva a catalogarme de simple, que estoy totalmente de acuerdo con todos aquellos que afirman y confirman que el amor es un «atontacabezas«.
********Este post fue publicado en el blog «Un puñado de canicas» (febrero/2012). Lo vuelvo a publicar sobre todo por el poema. Un poema, corto, sencillo, pero que no necesita más para centellear en su sencillez.
Cómo me gusta la gente que desborda el tiesto con un saxofón en la solapa. Que inventa sus normas para que la muerte se entretenga pespunteando espantapájaros de cobre. Que muestra otra manera de estar sin restrillar lo trillado. Que hace malabares con el calco de las horas esquinadas y, que con un pestañeo logra que el mundo se desenfoque. Que con pan y techo dibuja viñetas de humor irreverente, pues vivir es un rato y ese rato lo estrena cada día con música de azaleas. Que le aburre la hierba con la misma pisada, con la misma huella. Me gusta el que inventa. Crea. El que abofetea los lugares comunes, lo manido que mata de aburrimiento y enluta la vida. El que escandaliza, el que construye un monumento al no y dinamita las estructuras: polvo y humo. El que pone al mundo en un brete y lo empuja. Me gusta el que traza su propio surco y huye sin dar por bueno lo que dicen que es bueno desde una pantalla lela llena de lelos o desde cualquier púlpito de salvación. Me gusta el que duda y duda y desconfía del poder. El que se atreve a negociar con el miedo a la libertad. Y gana.
1.
Mi abuela tenía los ojos azules.
2.
Ella y la Soledad se hicieron íntimas ganchillando puntillas de caracolas
3.
Los días de cierzo fosco su frase era: «hoy todos los demonios andan sueltos».
4.
El baile enfurecido de las capitanas en la plaza parecía arrastrar el recuerdo de un tiempo oscuro.
5.
«Mándame pan, pan y pan«, le escribía su padre desde el penal de la isla de San Simón
6.
Vivía todos los tiempos revueltos: presente, pasado y futuro. Los vivía como un huracán de cenizas frías.
7.
Siempre le interesó la cara oculta de las cosas.
8.
En la penumbra de la siesta se mezclaban los devastadores recuerdos de la guerra con el balanceo de su vieja hamaca.
9.
Mi abuelo era más bajito que ella . No sé si fue su gran amor, pero él la alzaba más arriba del aire para que la tierra no la rozase.
10.
Con ella aprendí palabras como: jaut@ jarul@, milorch@, estarifad@, perdulari@, zarrios@, revolvines y muchas más que llevo guardadas en un cofre que se abre cuando quiere.
11.
Iba y volvía a la «Pequeña Rusia» donde su marido, mi abuelo, redimía su pensamiento construyendo el nuevo Belchite.
12.
«No me importa estar sola. He vivido mucho y tengo mucho para recordar y no olvidar».
13.
Cuando acabó el atropello, creo que le hubiera gustado irse lejos del atrezo, del escenario, de los actores. Nunca aplaudió, el argumento, la interpretación ni la música. Para ellas y para ellos, durante años se instaló un largo silencio.
14.
«Yo ya me canso de vivir«, lo decía con la paz del que sabe que la muerte es el broche inevitable que completa la vida. Murió a los 94 años
*****Post inspirado (en la forma) en el libro «ALBERTINE» (Rutina de ejercicios) de ANNE CARSON.
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http://carlosurzainqui.blogspot.com/2021/06/cuando-rusia-estuvo-en-belchite.html
Cántame,
pon música a mi canción naranja.
Pon música
que yo ensalzaré
tus días grises
tus palabras sosas
tus dientes de leche.
Regálame una red enarbolada de flores sin reino, una fotografía de tus juguetes rotos, una hipótesis iluminada que dibuje la juventud eterna, un alfabeto que deletree, palabra por palabra signo por signo, los espantos de la hierba. Descifra lo que llevo escrito.
Cántame,
y yo jugaré con
versos sin rima
para que tu mirada
no se esconda de la mía.
La noche inquieta
duplica su desidia de alambique
por el asfalto.
Una luz pálida
alumbra bocas estriadas
tras unos cristales mohosos de tristura antigua.
Sin hacer preguntas
deja en el aire una estrella blanca
entre las hojas
que vuelan por las marquesinas.
Y así,
creyendo en la guerra del fauno
se desangró en la belleza del otoño
e inventó un asombro negro
donde poner a secar
su corazón lluvioso .
2022. Te veo asomando el hocico, allá, por Montes Blancos, desplegándote como la trompa de un elefante en medio de la niebla. No voy a escribirte un verso, ni a imaginarte inmaculado como una novia virgen, ni voy a hacer conjuros a los dioses para que me permitas tocar el cielo. Tampoco voy a rogar que señales la puerta que esconde el poder del talismán rojo. No. Ni viejo ni nuevo, eres. Eterno y etéreo. Eso sí. Si no fuera porque los días suceden a las noches, las primaveras a los inviernos, los veranos preceden a los otoños, y las lunas crecen y decrecen, nosotros, los indefensos, los desorientados hombres sobre los que rubricas tu huella indeleble, no sabríamos cuándo celebrarte.
Aunque faltan unas horas, aquí estás. Nunca dejas de estar. No voy a pedirte nada, porque sería inútil y porque yo quiero absolutamente todo. Sin saber muy bien qué es todo, desde hace algún tiempo, salvo todo, ya nada es suficiente.
Dónde voy
con este paso roto.
Clavícula ausente
de un abrazo
intuido.
Flores.
Regalarme flores.
Amapolas blancas.
Que sean blancas
para que den
luz a la negrura
de nuestro baile.
Mira tu cuerpo desnudo
solo abrigado por un sarmiento.
Un sarmiento que recogí
del laberinto ensarmentado
que soy.
Poema inspirado en la serie fotográfica de Carlos Canales Ciudad.
Fue un reto a la rapidez. 5′ a 10′
Cuando vi las imágenes pensé: Yo no. Imposible. Escribí sin saber muy bien por dónde iba. Una vez leído, Carlos me pidió el poema.(Igual pensó purificarlo en el fuego, jajajajja). Se lo regalé encantada.
Atropello de cataratas
Como quien saca los instrumentos más torpes y ruidosos por las calles. Lo mismo da tropezar con un poste de la luz, con una insólita gacela, con un ciego, con un andarín trastabillante. Desafinar y llenar con atropello de cataratas el espacio gris. Frágiles , con ojos de fiebre, los tilos bailan la danza esquelética, el son de las calaveras: Danzad, danzad malditos, corean con disimulo de dama desnuda. Danzad, que la caída del contrario no os concederá el título de héroes, sino el de mediocres.
**La prosa poética, la escritura se gesta cuando yo no estoy. Mi inconsciente, que me forma y me conforma, guarda el poema. La voz pura, limpia de la contaminación del mundo, resuena entre despierta/dormida. Cuando la guardia está baja. Cuando los vigilantes no vigilan, caen los muros y la palabra camina sin miedo. A veces tropieza, a veces se pierde, a veces no sabe, pero hay veces que brota gloriosa, como un surtidor de feria .
**Mi presencia confunde al poema. Mi razón y mi lógica lo mutilan. Él quiere libertad. Para callar o decir. No lo que yo digo sino lo que él dice desde mi otro yo. El más luminoso, el más frágil, el más fuerte. El que sabe que eso es.
Por un rato, he jugado a imaginarme poeta . Mientras mi «yo racional» se descuelga de la lámpara y me suelta: «Tú como siempre, perdiendo el tiempo en bobadas en lugar de prepararte para el Gran Apagón». Él es así.
Cómo si los recuerdos trajesen consuelo.
No lo traen.
Recordar es la nostalgia de lo que ya no está.
Los recuerdos son las manos que nos recorrieron,
los ojos que nos miraron.
El bastón del cuerpo que tiembla, el sombrero de una cabeza acariciada,
tu nombre en la voz de la madre.
La fuente que amarillea, el abrigo de lana roja,
la hamaca de la abuela.
No.
Los recuerdos no consuelan.
El recuerdo viene envuelto en lazos de añoranza y olor
a manzanas en la bodega.
El recuerdo pone un tul negro a los colores del archivo.
Los recuerdos son el verano
en el que anidaron las golondrinas en el granero ,
las voces que narraron el tiempo del «¡no pasarán!»
y pasaron.
El miedo a los tricornios, La Pirenaica y su nocturno sigiloso.
El olor a pan recién horneado. El azote del frío multiplicado por el cierzo…
Los recuerdos son el cuarto oscuro de las ratas,
las preguntas en la punta de lengua, el misterioso crepitar
de la noche,
el fantasma del río, el canto del gallo madrugador .
El ritmo del yunque y el martillo, los gatos embrujados,
el olivo del ahorcado.
Los recuerdos son el olor a tierra mojada,
el sueño de las mariposas, la oscuridad de la escalera.
La Rayuela, La comba, El escondite inglés, Mambrú se fue a la guerra.
El aullido gris de enero. La luz de septiembre,
el estallido de la abril, el destello amarillo de agosto .
El recuerdo también es el sol recorriendo las calles vacías, la lluvia resonando
en el esqueleto del castillo.
Pepe gotera, Mortadelo y Filemón.
Los recuerdos son las verdades silenciadas. La música del circo ambulante,
los pendientes de cerezas, el sobresalto de
un amor que te disloca,
Las ranas en la charca
El asombro de las cosas.
Hay recuerdos que nunca imaginaste que solo serían
eso: recuerdos.
Mas yo tirito en el recuerdo.
Gloria Fuertes Si el mar es infinito y tiene redes,si su música sale de la ola,si el alba es roja y el ocaso verde,si la selva es lujuria y la luna caricia,si la rosa se abre y perfuma la casa,si la niña se ríe y perfuma la vida,si el amor va y me besa y […]
No perdamos el tiempo — Poesía en la red
HAIKU
Mientras la luna
borda bosques de lilas,
la noche duerme.
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