ESA LENGUA

«El lenguaje es lo que nos

hace humanos, porque las

palabras tienen vida

esencia y alma»

El lenguaje es lo que nos hace humanos. A través de la palabra definimos la realidad y se da forma a la acción. Piense en una. «Hablar», por ejemplo, ¿es lo mismo que decir, expresar, manifestar, articular; conversar, platicar, dialogar; discursear, perorar; tratar, convenir, acordar; murmurar, criticar?. ¿Que charrar o rajar?. En esencia sí, pero en sentimiento no, porque todas las palabras tienen alma, tienen esa capacidad de revelar el sentir y el pensar. Nuestras expresiones tienen el poder de crear y el poder de destruir.

La filóloga e ilustradora Delia Tello se ha preocupado de entender la importancia de la lengua, «no solo como forma de comunicarnos, sino como la manera de  pertenecer, de sentir y de ser». A través de su libro «Aragonés Ilustrado» hace un homenaje a las lenguas, a todas, pero sobre todo recuerda como el habla de su madre, cada vez que visitaba Gallur, su pueblo natal, se impregnaba de una melodía diferente y de palabras distintas a las habituales. Delia habla de palabras como festejar, encorrer, aguda, laminero, royo, charrar, llevar a corderetas; esbafar, ir  de propio, hacer un chandrío, ser un ababol o coger un capazo…  Términos habituales para nosotros, aragoneses,  y que decimos instintivamente, pero que tendemos a corregir porque pensamos que son incorrectos, poco elegantes y pueblerinos, mientras no tenemos reparos en usar anglicismos como «hat-trick», «handicap» etc. Aunque las palabras signifiquen lo mismo, no es igual maripís, que deportivas, laminero que goloso, ni escobar que barrer, ni aguda que lista, porque maripís, laminero, escobar y aguda llevan una carga emocional implícita imposible de entender con deportivas, goloso, barrer o lista. Y en esa diferencia está el ADN, la chispa, la gracia y la esencia de nuestra cultura.

Son estas pequeñas cosas las que hacen que las palabras sean mágicas, porque nuestros gustos son inexplicables pero las palabras son capaces de provocar cosas distintas en cada uno de nosotros.

 

Entresacado de un artículo publicado por Picos Laguna en Heraldo de  Aragón.