Como la mala costumbre, como un ahogo cansado que se perfecciona con el tiempo.
Cómo te nombraré sin nombrarte, para no repetir letras que mastico y crepitan en mi boca, como un puñado de grava erizada. Organillo. Organillo que suena a música de un lugar llamado Antaño. Palabra de ritmo antiguo y canción extinta. La palabra. La palabra estalla en el papel, es llama cuando se hace verso. Se lee del derecho, del reves, de arriba abajo, pero quién o qué sustenta el misterio que juega oculto el altar del lenguaje.
Yo, sólo escribo. Sólo escribo ondulada en el tiempo.
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El texto busca complemento y conexión con este precioso vídeo.
Como la palabra que cualquier nombre sabe, esta tarde de hilo líquido, juego a inventar un ser ajustado a mi imaginación. Si mi agotada y dormida imaginación fuera capaz de imaginar.
Si fuera capaz de imaginar, te colocaría en el chapitel de la torre más alta que asoma tras los cristales. Serías un ser alado, poderoso, de fuertes garras y colmillos afilados. Tus ojos brillarían como la más destacada estrella del firmamento. Tu color verde/azulado iluminaría la noche para que no te cegase el día. Si no te cegase la luz del día, esta gota de amor que guardo escondida, que agoniza, entre mi piel y mi alma, sería tuya. Mi última entrega. Seríamos invisibles al mundo y solo a ti mostraría mis ruinas, mis derrotas en todas las batallas, y …qué más podría mostrar a tu poder para que no te alejaras . Si no te asustase el desamparo que me sustenta , las plagas que me asolan me rendiría ante ti, aunque no fueses humano. Entonaría serenatas a la luz de luna, con sal blanca pondría calor a los fríos de enero, extendería mi cama de sílabas acolchadas al pie del chapitel de la torre, justo encima del campanario . Te cantaría nanas en tus noches de insomnio y nada podria dañarte. Si nada pudiera dañarte a ti nada me dañaría a mí. Viviríamos la fantasía de los invernaderos . apartaríamos la mirada de los periódicos con imágenes de guerras, madres viudas, e hijos desahuciados. Celebraríamos la magia de los pronombres ausentes, de los mares sin muertos , de los ríos que no hacen distancia. Si en los ríos sin distancia encontrases una compañera, otra criatura como tú, que compartiese tu modelo genético, tus alas de colores y tu brillante mirada yo estaría celosa y triste, por supuesto, pero seguiría a tu lado protegiendo tu felicidad, tu vida de arcoiris, sin negarte esa gota moribunda de amor que guardo. Eclosionaría en aroma de jazmín con dolor de no tener un lugar en tu tiempo. Me vestiría pálida y elegante de tul azabache, brindaría por vuestra alegría, como libélula libre que soy, a pesar del lacerante latir de mi corazón.
Si fuera capaz
Audio grabado por Bisílaba. Autora del Blog Palabrilandia
…esta mañana que no amanece, que todo lo ocupa el viento y la lluvia, revuela aquella tarde que me dormí de pie en medio de un inmenso mar de tomillos.
Nunca más volveré a quedarme dormida de pie. Nunca más volveré a tener veinte años.
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