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DESERCIÓN

Imagen bajada de la red

Tantos años dedicados,
sistemáticamente,
a volar todos los puentes.
De pronto, aquí estamos,
uno frente al otro.
Exhaustos
nos miramos asombrados,
estupefactos por nuestro poder.
Desconocíamos,
allá por ayer,
que llegaríamos a convertirnos
en púgiles de nosotros mismos.
Que hermoso es el dolor
y este erial llamado cuerpo,
y esta devastación mutua,
minuciosa,
delicadamente sedante,
que bebemos a sorbos breves
esta tarde.
Aquí nos dejó el vendaval,
desmembrados y más viejos,
eso sí, afanados como nunca
–como siempre —
en irnos suicidando solo un poco
como esas palabras esdrújulas
que se desmayan antes de decirse.

Como los dignos desertores que somos
del amor y de la vida.

Carmen Ruiz fleta.