
Fotografía/ALBERTO RODRIGÁLVAREZ
Yo sólo doy voz a tu llamada
acudo al son de danzas invisibles
aunque de vez en cuando lluevas aguaceros
Un día volarán lejos donde su fortaleza los lleve
Que no te culpen las horas
Quiere tus manos secas. Tus uñas rotas
Vibra con la brisa que abraza los juncos
Ella sabrá qué hacer
Y la sabiduría junto al árbol de brazos caídos
con la piel desnuda frente al mar de náufragos
estallará la palabra.
POEMA COLECTIVO
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