
Nadie es capaz de adivinar lo que llevamos dentro. Un personaje de Macbeth decía que la vida es un cuento, narrado por un idiota, lleno de ruido y furia que carece de sentido. Debe de ser esta la idea, por la que a veces me veo como un boceto, una obra en construcción. Polvo y barro. Imágenes que me conmueven con un tinte tímido de ingenio, inocencia e imaginación que, por más que lo intento, no logro atrapar. Una imaginación virgen, sin la mancha de otras voces , que al instante se disuelve tal vez perdida para siempre.
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